Desde que comuniqué el diagnóstico hay algunas palabras con las que la gente me define y con las que yo no me termino de identificar. Luchadora, valiente, guerrera, súperheroina… No me las dicen solo a mí, con estas palabras nos describen a todas las personas que pasamos por cualquier tipo de cáncer, así en general. Da igual que estés aterrada, que te encuentres como el culo, que tú lo que te sientas sea una puñetera marioneta que la vida y un hospital dirige a su antojo con informaciones marcianas para ti hasta entonces y dosis bestias de medicina. No importa. La gente se empeña en que lo eres. Yo, y así se lo he hecho saber a muchas personas en los cinco meses que llevo en el Club de la Tetapocha, no me he sentido nada de eso, sencillamente me limito a afrontar lo que me ha tocado vivir de la mejor manera posible, siguiendo el tratamiento que me mandan, algo que no me parece nada excepcional, cualquiera en mi lugar haría lo mismo. Es que no te queda otra. Además, parece que como eres una luchadora tienes más opciones de curarte que si no lo fueras y que si no sales es que no has luchado lo suficiente. Nada más lejos de la verdad. He visto a personas pelear y muy duro contra el cáncer, enfrentarse a situaciones en las que espero no tenerme que encontrar jamás y no han salido. El cáncer ha acabado con sus vidas pese a su constante lucha y fuerza. Hace unas semanas era Àngels, hoy es Enric. Mañana será otro valiente, luchador, guerrero y súperheroe anónimo. Y pasado otro más. Porque el cáncer cuando tiene que arrasar, arrasa con todo, joder, aunque seas el puto Chuck Norris.
Y es desde ahí, desde la rabia que me hierve la sangre cuando pienso en mí y en ellos y en los que desgraciadamente vendrán, que sí quiero verme a mí misma como una luchadora. Una luchadora que, aunque sea a través de la divulgación y la invitación a la reflexión desde este humilde blog, pelea porque el cáncer esté en la agenda política de todos, porque por muchas campañas rosas solidarias que se hagan, lo que verdaderamente necesitamos es inversión en investigación y sanidad desde la Administración Pública. No podemos ni queremos (yo al menos no quiero) vivir de limosnas. La inversión pública ha descendido y actualmente se encuentra estancada. Y eso mata. Como mata la contaminación ambiental y la industria alimentaria de las que poco se habla cuando se habla de cáncer. Pero la culpa es tuya porque te fumas un cigarro de vez en cuando y no sales cada mañana a hacer running, ¿eh? Quiero aportar para que se mejore también en materia de prevención y porque un enfermo de cáncer o de cualquier otra enfermedad, no tenga que preocuparse por su situación económica y laboral. Quiero reclamar tratamientos integrales para mejorar el día a día de los pacientes que cuenten con intervención fisioterapéutica, psicológica, nutricional… Quiero apoyar a los colectivos que desde hace años luchan porque se legalice y regularice el uso del cánnabis medicinal y el autocultivo.
Y quiero hacer esta lucha desde la mujer feminista que soy. Ayer supe que hay oncólogos que hablan a solas con sus pacientes sobre la reconstrucción de las mamas tras una mastectomía porque han visto claras evidencias de presiones maritales a favor de que volvieran a tener tetas. Lucho, pues, también, porque todas las mujeres tengamos acceso a la información que garantice nuestro derecho a escoger lo que queremos hacer con nuestro cuerpo de forma meditada y libre. Lucho porque a nadie le preocupe más tu teta que tu cáncer. Lucho por tener una perspectiva mucho más feminista de la enfermedad, que no nos infantilice ni sexualice. Lucho porque nadie sienta que ha de tapar su calva por la imposición de normas estéticas concretas.
Quiero luchar porque si mañana te toca a ti te encuentres un panorama mejor al que nos hemos encontrado Enric y yo y, en esta lucha, sois todos necesarios y bienvenidos.
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A mi amiga Anita, de la que he aprendido a luchar mucho antes de que llegara el cáncer a su vida y a la mía. Por ella sé que un mundo mejor es posible gracias a las personas que se implican y que nadan a contracorriente para cambiar las cosas aunque solo sea un poquito. A ella y a su familia, les dedico este post y les mando todo mi cariño y fuerza para estos días tan difíciles.
DEP, Enric.