Convivir con cáncer de mama puede alterar la vida social y familiar de la persona afectada, provocando algunos cambios en nuestra manera de comunicarnos y en las relaciones afectivas. Ante esta nueva situación, los familiares y el círculo social íntimo pueden sentirse un poco desorientados a la hora de acompañarnos en el proceso. En este artículo os doy algunas ideas, algunas de ellas basadas en mi propia experiencia (y carácter) y otras inspiradas en las propuestas que han querido compartir algunas compañeras del Club de la Tetapocha a través de una encuesta en mis Stories de Instagram.
LISTA DE 10 COSAS QUE PUEDES HACER PARA AYUDAR A UNA PERSONA CON CÁNCER DE MAMA
Partamos de la base de que la enfermedad nos pilla por sorpresa a todas y lo más probable es que necesitemos asimilarlo poco a poco, comprender la magnitud del asunto, y sobre todo, ir viendo cómo nos afecta de forma individual, tanto a nivel físico como emocional, ya que el cáncer y los distintos tratamientos no se comportan del mismo modo en todos los cuerpos. Luego está, lógicamente, el carácter de cada una y cómo lo afronte, por lo que la empatía será esencial. ¡Ahí va la lista! ; )
1- Ten paciencia, pregunta y practica la escucha activa. Así entenderás mejor cómo está viviendo esa persona su cáncer y podrás adaptar mejor tu ayuda a sus necesidades. Respetar los silencios, las lágrimas y los lamentos también es importante.
2- Acompaña a las citas médicas y tratamientos. El motivo esencial es que sentirse arropada en las visitas al hospital es lo más, además va bien que haya alguien cerca para enterarse de todo por si a ti se te escapa algo importante, que a veces es mucha información la que nos dan. Así que ya sabes, en las visitas médicas ¡toma nota! : ) Pregunta también por las pruebas y tratamientos a los que es necesario llevar acompañante y ofrécete. Otra buena razón para acompañar a tu ser querido al hospital es hacer más amenos los largos ratos allí. ¡Puedes llevar algún juego a la sesión de quimio, por ejemplo!
3- Cuidado con dar consejos e información. Aunque la intención suele ser buena, siempre es mejor dar consejos y datos cuando se te hayan pedido. Piensa que lo que a ti te funcionó o lo que le funcionó a esavecinadetumadrequeelañopasadotuvouncáncerdemama no tiene por qué servirle a todo el mundo o que tal vez no sea el momento para que des según qué información. Esa persona -a la que muchas veces acabas de “conocer” en una red social- puede tener un carácter distinto al tuyo y, por ejemplo, no dar mayor importancia a los temas estéticos que vienen de la mano del cáncer o que en su proceso no pase por aquel trance por el que tuviste que pasar tú y no hay necesidad de crear alarmas o inseguridades innecesarias, ¿no crees? A veces preferimos hacernos con la información por nuestra cuenta, cuando nos sentimos preparadas para asimilarla o queremos buscarla en aquellas fuentes más afines a nuestra forma de pensar. Está genial que ofrezcas tu apoyo y consejo, tu experiencia seguro que puede aportar, pero respeta los tiempos de cada una y no te adelantes hasta que te lo pidan.
4- Acompaña y apoya sin infantilizar. Es importante para muchas de nosotras sentir que llevamos las riendas de la situación, como las adultas que seguimos siendo. Tener cáncer no incapacita desde el minuto uno. Al menos no a todas, afortunadamente. Queremos y necesitamos compartir esto con nuestro entorno, pero también integrarlo en nuestras vidas que ojalá puedan ser lo más normales posibles, pese al cáncer. Liderar las conversaciones con el equipo médico y ser quienes tomemos las decisiones a lo largo del proceso es importante para muchas de nosotras. Evita atribuirnos un rol pasivo y recuerda que tanto un ambiente de excesiva sobreprotección como minimizar la gravedad de la enfermedad son contraproducentes.
5- Favorece la recuperación de la vida cotidiana. El cáncer a veces acaba acaparando mucho tiempo de la vida de quien lo sufre y es necesario evadirse y recuperar parte de la normalidad y cotidianidad de nuestras vidas. Propón planes que le gusten en este sentido, como reanudar las actividades de ocio y tiempo libre, organizar quedadas con los amigos, excursiones adaptadas a su ritmo…
6- Revisa las tareas del hogar. Algunas responsabilidades domésticas y familiares pueden verse afectadas debido al estado de la enferma. Busca junto a tu familiar la mejor solución para hacer frente a la nueva situación. Tal vez puedas ocuparte tú de recoger a los niños en el cole algún día para que ella descanse, tender la lavadora, o llevarle la compra para que no cargue peso. Cuando vayas a visitarla, procura colaborar y quitarle peso en lugar de darle más trabajo, por ejemplo, puedes ser tú quien prepare la comida, quien recoja la mesa…
7- Da tu cariño, sin mostrar lástima. Hablar con pena está prohibido. Y punto.
8- Colabora en los cuidados básicos durante la enfermedad. Mantener una buena alimentación y la actividad física durante los tratamientos es clave, así como procurar calmar los efectos secundarios. En este sentido, una buena forma de ayudar a un enfermo de cáncer es prepararle tuppers con comida que le apetezca o le convenga comer, ofrecerte para salir a caminar media horita diaria juntos o darle masajes para relajar el malestar en pies y piernas si, por ejemplo, se da el caso de una neuropatía periférica como efecto secundario de la quimio.
9- Distribuye tu ayuda. Es habitual que la atención de la familia y de las amistades se concentre en las primeras fases de la enfermedad y que vaya decreciendo a medida que se va avanzando. Reparte tus momentos de cuidado para evitar que la persona llegue a sentirse sola al final del proceso, cuando todavía puede necesitar tu atención y compañía.
10- Sé flexible. Las necesidades de una persona que está conviviendo con un cáncer de mama varían a medida que avanza el proceso de la enfermedad y del tratamiento. Presta atención a los cambios físicos y emocionales que experimenta, ya que pueden requerir ajustes en la forma de acompañamiento.
BONUS: no olvides cuidar de ti. Aunque asumas el papel de cuidadora es importante que no descuides tus momentos de descanso y de ocio, así como que compartas tus sentimientos sobre la enfermedad con otras personas de tu entorno. ¡Si tú estás bien podrás ayudar mejor!
A todas las personas que cuidan de nosotras: MUCHÍSIMAS GRACIAS.
Totalmente de acuerdo!!
😉
Que buen post!! Te he descubierto hace dos horas por instagram y no he parado de leer tus post y ver tus fotos. Mi madre está con quimio ahora y después vendrá una operación y no sabemos qué más.. Me parece increíble tu postura ante la enfermedad y que estes enseñando al mundo todo lo que una enfermedad así trae consigo, sin adornos, como tú dices, para los que queramos mirar al cancer a la cara. Gracias porque seguro que ayudas a muchas mujeres que están en situación parecía a la tuya, pero también a nosotros los acompañantes que queremos hacer todo lo que esté en nuestra mano para que estéis lo mejor posible.. aunque os tengáis que enfrentar “solas” a la batalla, estamos al otro lado del rin! Gracias, mucha fuerza y muchos besos!