
¿Me mirará mucho la gente? Claro que me hice esta pregunta cuando decidí que no iba a pasar por un quirófano para una reconstrucción ni a usar una prótesis externa. Tengo una señora teta derecha y la chichilla que quiso dejar el cirujano en el lado izquierdo. La diferencia es abismal. Se nota a simple vista. Tampoco hago nada por ocultarlo, la verdad. ¿Pero sabéis qué constato ahora que llevo ya más de medio año campando a mis anchas con mi no-teta? Que no somos el puto centro del universo. La gente va a su bola y la mayoría de veces no se dan ni cuenta de que solo tengo un pecho. O eso, o son tan discretos que se dan cuenta y lo disimulan. O se la sopla, en serio. Por lo menos, a mí no me han hecho sentir incómoda, observada, señalada, juzgada, ni nada por el estilo ni una sola vez en ocho meses. Todo es natural, supongo, porque así es como lo vivo yo. Y porque al final, va a resultar que la gente es educada y respetuosa. Fíjate. Así que menos preocuparnos por el qué dirán y más centrarnos en lo que es verdaderamente importante para nosotras. En mi caso: aceptar y amar mi cuerpo tal cual y pisar un quirófano solo cuando mi salud lo requiera de verdad.
¡Ya solo me falta mi sujetador uniteta para acabar de normalizarlo todo! Y cada día está más cerca gracias al crowdfunding de Lola: el sujetador de una sola copa para mujeres de una sola teta que han lanzado mis hermanas de Teta and Teta.
Un abrazo asimétrico y apretadito para todas 💜